“Estimado equipo de GAIA,
Es inaceptable la experiencia que tuve recientemente al ordenar un sofá a través de su servicio de entrega. Francamente, estoy furiosa por la manera en que manejaron todo el proceso, y no pienso quedarme callada al respecto.
Primero, sus repartidores llegaron tarde, ¡y la excusa del tráfico simplemente no es suficiente! No es mi problema si no planificaron adecuadamente su ruta. Ya eso me dejó con un mal sabor de boca.
Cuando intentaron subir el sofá por la puerta de entrada, se dieron cuenta de que no cabía, lo cual fue comprensible. Sin embargo, me informaron que según la política de GAIA, no estaban autorizados a realizar "volados".
Aunque finalmente accedieron a hacerlo por $1,000 pesos adicionales, me negué rotundamente a pagar esta tarifa.
Y para colmo, en lugar de llevar el sofá a mi departamento, que está detrás del punto de entrega, decidieron dejarlo tirado en la calle como si fuera basura. ¡No puedo creer la falta de respeto hacia mí como cliente!
Esta experiencia ha sido un desastre total y ha dañado gravemente la imagen de GAIA en mi mente. Espero que tomen medidas inmediatas para mejorar su servicio al cliente y reconsideren las políticas que puedan limitar la capacidad de sus empleados para encontrar soluciones prácticas a situaciones excepcionales.
Exijo una respuesta rápida y una solución adecuada a esta situación.”
