En lugar del uso de químicos para solucionar un desagüe, siempre es preferible el uso de un desatascador mecánico, tanto por el impacto medioambiental que pueda producir el uso de químicos como para no producir reacciones de calor que puedan deformar las tuberías y a la largar agravar el problema o producir fugas.Este desatascador de aire comprimido funciona en ambos sentidos, es decir es capaz de absorber o empujar 1,2 litros de agua en cada impulso. Su tamaño no es precisamente “discreto”, tampoco su color. No será fácil encontrarle un rinconcito bajo el lavabo (el mío se ha acomodado en la cochera), pero su potencia se relaciona con el tamaño. Para hacerlo más manejable tenemos un asa ajustable en el cuerpo principal. Su acabado en lugar de recto es acodado, para facilitar su uso en lavabos y bidés.El diámetro de las gomas de ajuste es de uno 9,5cm, el adecuado para que podamos utilizarlo en cualquier desagüe de casa, tanto en el fregadero, lavabo, WC, bañera, plato de ducha, bidé, etc. Su eficacia no temen nada que ver con el tradicional desatascador de campana.Yo suelo desmontar los sifones para limpiarlos de vez en cuando, pero con este artilugio creo que ni hará falta, dada la eficacia sacando todo lo que se acumula, especialmente pelo.El equipo es sencillo de usar, sin complicaciones mecánicas y fabricado con plástico de bastante calidad. Sin embrago todo ello no sé si justifica su elevado precio, supongo que si en los últimos meses ha ido subiendo será por el éxito de ventas. Lo que es indiscutible es que es muy sencillo de utilizar y más efectivo que ninguno probado por mí con anterioridad.